Una pregunta que deberías hacerme...


Muchas de las preguntas que escucho últimamente acerca de la carrera que estoy estudiando es: ¿Que es trabajo social?, muchas veces es acompañado de un quejido repetitivo, de mi parte, frente a esta pregunta; es un poco tedioso, ya que lo hago constantemente, contestar de que trata lo que hago, lo que estudio y planeo hacer; pero hoy, sin embargo, entendí que no debe ser desesperante esta pregunta, es más, me da la capacidad de desarrollar algo más.

Es muy común entre personas nuevas, la famosa pregunta sobre lo que haces, tus pasatiempos, lo que te gusta, y así muchas más; para mí es muy fácil contestar estás preguntas, considero que no soy una persona sencilla, sino más bien llena de diversidad, no me gusta todo sobre todo y no descarto nada de nada; me gusta todo aquello que cause alguna impresión en mí; prueba de ello es que me gusta la pintura, disfruto películas románticas, soy muy sociable pero amo estar sola, detesto lo simple, soy buena en los números y las estrategias, pero me gozo con el arte, pero cuando me preguntas que es lo que realmente amo, solo tengo tres respuestas: Dios, familia y amigos y mi llamado.

Un llamado, otros lo llamen vocación, pero en lo particular lo llamo, "LLAMADO". Un día me sentí comprometida, es como si hubiese escuchado una voz distinta a la mía, a la que escucho constantemente dentro de mi cabeza; era diferente, y me llamó a SER algo distinto en esta vida, no solo a HACER. Me llamó a amar a la gente como les ama Él, y por supuesto, como Él me ama a mi. Lo escuche y sentí una emoción en mi corazón de obedecer a este llamado; ya que pase años pensando que iba a ser en mi vida, siempre soñé en ser alguien que marque la diferencia en el mundo; estaba completamente segura que en alguna forma iba a brillar, aún cuando no era la elección correcta; sí tu que lees esto, te hubieras detenido a leer la historia de mi vida, te dieras cuenta que no solo era una persona miserable, era vacía, algo en mi decía que realmente no iba a brillar, ni a cumplir mi llamado.

Vivo en un país donde solo vemos humo pero no de fuegos artificales, sino de contaminación; pero cada vez que veo el humo negro sobre mi capital veo el humo negro y realmente enfermo que pasa en nuestros corazones, al decirnos que por nuestros errores jamás vamos a avanzar.

Le creí a alguien, le creí al autor de vida, que Él iba a cambiar la mía; y entonces volví a tener fe de amar al mundo, como ahora sentía que me amaban.

En realidad, pensándolo bien, cuando sabes sobre mi carrera y vuelo a explicarte que no es caridad ni ayuda temporal, lo que hago; y al conocer que es realmente un compromiso conmigo misma de utilizar los conocimientos de la ciencias sociales para interpretar y analizar la realidad de mi país, para al final desarrollar acciones pertinentes y oportunas a la solución de los problemas sociales en diferentes niveles y con distintas funciones y ámbitos de estudio; entonces al saber esto, existe una pregunta que deberías hacerme... ¿Para quién lo haces?

Todo buen trabajador social te contestaría lo lógico, lo hago por la gente, por mi país, por el futuro de esta sociedad y al final por el bienestar de la persona que ha venido a buscarme con un problema; una noción un tanto filantrópica; sin embargo hay algo más, en la historia de la profesión de trabajo social existió una etapa de la misma donde la caridad y la ayuda movía fervientemente a algunos para ayudar a los más vulnerables, y tambien muchos expresaban que asistian socialmente por amor a Dios, una noción un tanto religiosa para mi gusto, pero no quiere decir que no sea válida. No me considero una persona religiosa, para mi la religión son solamente paradigmas y lineamientos que díficilmente vamos a poder cumplir y por ende reprueban todo esfuerzo; pero si creo en Dios y si creo que esa pregunta que en realidad deberías hacerme, la contestaría con lo siguiente: Lo hago por amor a Dios. Él ama al mundo, los ama a todos y por supuesto me amó a mi. Su amor es tal que ha sido el primero en generar una oportunidad para mi, aún cuando no lo merecía, gestionó mis derechos solo por ser parte del mundo y me dio lo mejor, me hizo reconocer el valor que tengo y que no merecía que violentarán mis sentimientos, mi corazón mis emociones, ni nada más; me enseño a ver la vida desde una perspectiva distinta, me enseño a creer en que todo lo que me proponga lo puedo lograr y me ayudo a soñar, a levantarme de los infinitos problemas que tenía, emocionales, psicológicos, familiares, etcétera. es curioso, pero Él cambio mi vida, jamás me obligó a nada, me dio la oportunidad de elegir cada una de mis decisiones y me guío a las mejores oportunidades... Leo todo esto una y otra vez, y notó la diferencia entre lo que mi vida era y lo que es hoy; todo cambio cuando Él intervino en mi camino. Cuando recordé todo lo que Él había hecho por mí, entonces comprendí como tenía que ser una verdadera trabajadora social; yo no cometí un error ético al enamorarme de mi propio trabajador social, él se enamoró de mi primero sin conocerme, y vivimos una historia diferente, Él me enseño quien debo de ser, él me llamó a hacer esto que tanto amo, pero no soy lo que hago, en realidad SOY lo que Él HIZO en mí.

¡... Esa es la pregunta que en realidad deben hacerme...!



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